Ocho denuncias de casos conocidos como secuestros express se presentaron en Guayaquil entre la 01:00 del viernes y las 15:30 del pasado domingo. Una de las víctimas fue Carlos Alberto Villacís García, marino mercante que cree está “vivo de milagro”, y que gracias a su instrucción militar logró golpear en los testículos a su agresor, pese a tener las manos y pies atados, para luego poder huir.
Con dificultad para hablar debido a que recibió golpes que le dieron en el rostro con una piedra, narró que el pasado sábado a las 21:00, mientras esperaba el cambio de la luz roja del semáforo en las calles 38 y Portete, suburbio de Guayaquil, dos sujetos se le subieron al carro: Toyota Tercel, placa PLM-0698.
De inmediato lo obligaron a conducir hasta las calles 27 y la L; en el sitio, el sujeto que iba sentado en la parte de atrás lo comenzó a golpear para que saliera del carro y su compinche tomara el control del vehículo.
“Cuando íbamos atrás el pillo me comenzó a golpear y en vista que le iba ganando llamó a su compinche y él con una piedra me dio en la cabeza y me partió... Me pusieron en el piso de los asientos de atrás y me seguían golpeando con los pies”, narra el afectado, quien vivió la parte más amarga cuando los ladrones descubrieron que era parte de las Fuerza Armada.
“Cuando vieron que era marino me gritaron que me iban a matar porque les iba a traer muchos problemas...”, dice; y cuenta que mientras era sometido escuchó las sirenas de una patrulla policial, pero no pudo hacer nada para dar la alerta porque lo tenían boca abajo.
Después de recorrer varias calles en el carro, los delincuentes se encaminaron a la Perimetral y a la altura de la Y, que va hacia la vía a la Costa, lo dejaron con dos sujetos. “Me arrastraron y me dejaron con dos tipos... Ellos tenían la orden de matarme, pero debían esperar la llamada del jefe que, oí, se había ido a matar a alguien... Como las horas pasaban un ladrón decidió irse y dejó a uno a esperar la llamada para matarme... Con la manos y pies atados, hice mi último esfuerzo y alcancé a pegarle entre las piernas al sujeto, y botó el arma. Como había un palo cerca lo cogí y le di palazos, luego corté el pasador con el que me habían atado manos y pies y corrí hasta llegar a una gasolinera de la av. Portete, donde me ayudaron”, dice, con cierto alivio, el uniformado que ahora teme alguna venganza.
Ramiro Mantilla, comandante del Distrito Metropolitano de Guayaquil, dice que ese tipo de hechos no es secuestro express, sino robo calificado, “porque no han pedido recompensa por la persona”, sostiene; sin embargo, indica que están haciendo controles alrededor de los bancos con personal policial y equipos de inteligencia, y que “la Unase (Unidad Antisecuestros y Extorsión) está detrás de algunos delincuentes que vienen actuando de esa forma. Estamos fusionando lo preventivo con lo operativo”, sostiene.
Entre enero y abril pasados en la Fiscalía del Guayas se denunciaron 52 casos de delitos bajo la modalidad de secuestros express; resta conocer el total de mayo, pero en los primeros cinco días de junio ya superó la docena. Una de las víctimas (ver gráfico adjunto) pudo ser rescatada el miércoles pasado después de que le envió un mensaje de texto a su esposo.
Un conocido de la mujer, quien por seguridad ha preferido mantenerse en silencio, contó que ella fue secuestrada desde El Oro y Chile (en el sur). De ahí la obligaron a conducir hasta la ciudadela Los Almendros y en la avenida Ernesto Albán, donde la pusieron en la cajuela. Antes le arrebataron la cartera con el dinero que iba a depositar. Pero los delincuentes no se percataron de que ella se había quedado con un celular entre su ropa, desde el que mensajeó. Tres horas después fue rescatada en Los Ceibos.
Otro de los casos suscitados el fin de semana fue el de Héctor Cevallos, quien denunció que el viernes a las 19:30 fue sorprendido por dos ladrones cuando esperaba el cambio de la luz roja en el semáforo en las calles 25 y García Goyena, para subirse al carro y enseguida secuestrarlo. De inmediato procedieron a arrebatarle 300 dólares, celular, herramientas de trabajo y hasta lo dejaron sin sus zapatos.
Otras cuatro víctimas fueron Danilo Jaramillo del Valle, Wilson Morán Aguilar, Marco Cano Carrasco y Manuel Allauca Adriano. El primero sufrió el ataque desde la entrada de la 8, donde se le subieron a su moto y lo lanzaron en Monte Sinaí; al segundo lo interceptaron en los Sauces 9 y lo dejaron en la Isla Trinitaria sin su carro Chevrolet Activo, que después fue recuperado, pero desmantelado.
Mientras que a Cano lo retuvieron alrededor de Samanes y le robaron todas sus pertenencias y las de dos amigos; Allauca sufrió el ataque en el km 7,5 de la vía a Daule y lo dejaron en la vía a Playas sin su carro de placa RCG-619 (no dice el modelo).
Entrada de la 8
Después de la publicación de este Diario de la inseguridad en el km 26 de la Perimetral, donde además fue asesinado el uniformado Adolfo Cedeño Avellán, se ha implementado ahí una operación especial. Así informó ayer Ramiro Mantilla, comandante del distrito de Guayaquil.
Robos en semáforos
Uno de los instantes que más están siendo aprovechados por los delincuentes para realizar los secuestros express son los semáforos.
Fuente: ElUniverso
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