Noticias de Guayaquil informa:
El accidente tras el terremoto afectará la salud de los japoneses durante años. Los expertos alertan de que sus efectos serán “devastadores”. “No hay medicina que evite los efectos de las partículas”.
La radiación es indolora e invisible, pero sus efectos son “devastadores”. Los expertos en medicina nuclear empiezan a lanzar las primeras alarmas de lo que podría llegar a ocurrir en Japón. Los niveles de radiactividad detectados en Fukushima multiplican por 1.000 el límite legal permitido (1 milisievert –msv–) acercando al país a la “catástrofe nuclear” que ya vaticinan las autoridades francesas.
La cantidad de radiactividad localizada puede afectar ya a la salud de los japoneses. El jefe de servicio de Medicina Nuclear del Hospital Gregorio Marañón, José Manuel Pérez, informa de que los más de 60 componentes radiactivos que se están desprendiendo de los cuatro reactores afectados por el seísmo se acumulan directamente en el organismo de las personas.
La exposición a la radiactividad
Aunque sus efectos pueden tardar hasta 20 años en manifestarse, la exposición a la radiactividad incrementa por diez el riesgo de padecer cáncer de tiroides, de huesos, leucemia y tumores cerebrales. Una exposición superior a 100 msv puede provocar ya reacciones inmediatas como irritación en los ojos, vómitos, dermatitis o diarrea. Son los niños y las embarazadas los colectivos más vulnerables en este momento. “Si se fecunda un óvulo de una mujer radiada, el feto puede desarrollar malformaciones”, sostiene este experto.
Las autoridades japonesas, que ya han aplicado medidas de descontaminación en 23 personas, han pedido a los últimos vecinos que quedan en Fukushima que no salgan de sus casas. De momento, este es el único tratamiento que existe para sortear la radiación, ya que, tal y como indica uno de los radiólogos del CSIC, Eduard Rodríguez, “no hay medicina que evite los efectos de estas partículas”. Por ahora, las autoridades del país han aconsejado a la población que desechen sus ropas y que se laven la piel con detergente y agua. Facilitar a los japoneses pastillas de yodo permitiría también que las sustancias contaminadas no se depositen en el tiroides, una de las partes del cuerpo que más se ven afectadas con la radiación.
Los expertos internacionales alertan de que la situación podría complicarse si en las próximas horas llueve. La radiación se depositaría en el suelo y en el mar, contaminando de esta manera también a los animales y a las cosechas y afectando a la cadena alimentaria. “Una vez que llueva, el agua para beber también se contaminará”, recordó Lee Tin-lap, uno de los toxicólogos de la Escuela de Ciencias Médicas de la Universidad de Hong Kong.
Por ahora, Tailandia e Indonesia ya han tomado medidas para escudarse contra la radiactividad. La Comisión Europea ha descartado de momento consecuencias en la salud dentro de Europa.
Mas información: Noticias de Guayaquil
El accidente tras el terremoto afectará la salud de los japoneses durante años. Los expertos alertan de que sus efectos serán “devastadores”. “No hay medicina que evite los efectos de las partículas”.
La radiación es indolora e invisible, pero sus efectos son “devastadores”. Los expertos en medicina nuclear empiezan a lanzar las primeras alarmas de lo que podría llegar a ocurrir en Japón. Los niveles de radiactividad detectados en Fukushima multiplican por 1.000 el límite legal permitido (1 milisievert –msv–) acercando al país a la “catástrofe nuclear” que ya vaticinan las autoridades francesas.
La cantidad de radiactividad localizada puede afectar ya a la salud de los japoneses. El jefe de servicio de Medicina Nuclear del Hospital Gregorio Marañón, José Manuel Pérez, informa de que los más de 60 componentes radiactivos que se están desprendiendo de los cuatro reactores afectados por el seísmo se acumulan directamente en el organismo de las personas.
La exposición a la radiactividad
Aunque sus efectos pueden tardar hasta 20 años en manifestarse, la exposición a la radiactividad incrementa por diez el riesgo de padecer cáncer de tiroides, de huesos, leucemia y tumores cerebrales. Una exposición superior a 100 msv puede provocar ya reacciones inmediatas como irritación en los ojos, vómitos, dermatitis o diarrea. Son los niños y las embarazadas los colectivos más vulnerables en este momento. “Si se fecunda un óvulo de una mujer radiada, el feto puede desarrollar malformaciones”, sostiene este experto.
Las autoridades japonesas, que ya han aplicado medidas de descontaminación en 23 personas, han pedido a los últimos vecinos que quedan en Fukushima que no salgan de sus casas. De momento, este es el único tratamiento que existe para sortear la radiación, ya que, tal y como indica uno de los radiólogos del CSIC, Eduard Rodríguez, “no hay medicina que evite los efectos de estas partículas”. Por ahora, las autoridades del país han aconsejado a la población que desechen sus ropas y que se laven la piel con detergente y agua. Facilitar a los japoneses pastillas de yodo permitiría también que las sustancias contaminadas no se depositen en el tiroides, una de las partes del cuerpo que más se ven afectadas con la radiación.
Los expertos internacionales alertan de que la situación podría complicarse si en las próximas horas llueve. La radiación se depositaría en el suelo y en el mar, contaminando de esta manera también a los animales y a las cosechas y afectando a la cadena alimentaria. “Una vez que llueva, el agua para beber también se contaminará”, recordó Lee Tin-lap, uno de los toxicólogos de la Escuela de Ciencias Médicas de la Universidad de Hong Kong.
Por ahora, Tailandia e Indonesia ya han tomado medidas para escudarse contra la radiactividad. La Comisión Europea ha descartado de momento consecuencias en la salud dentro de Europa.
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