Ayer se cumplió una semana desde que nació Junior, quien por su peso y altura se convirtió en el recién nacido más grande de Guayaquil y del país en la última década.
Aproximadamente a las 05:00 del miércoles pasado, hora en la que se registró su alumbramiento, los doctores se sorprendieron al recibir a un bebé con 60 centímetros de estatura, 14 libras de peso y un centímetro de cabello rizado.
En definitiva, Junior tiene la apariencia y el comportamiento de un niño de entre 5 y 6 meses de vida.
Este aún no es su nombre oficial, pero es el cuarto hijo de Deyton Quiñónez, de 39 años, y Mónica Piñeiro, de 35; ambos son oriundos de la provincia de Esmeraldas, pero desde la infancia viven en el Puerto Principal.
En su casa ubicada en La Colmena, al suroeste de la ciudad, su mamá dijo que tuvo un embarazo normal, "con una alimentación muy sana, buen ambiente familiar y días de mucha diversión", y a pesar de que no se explica por qué su hijo nació con unas libras de más, aseguró estar feliz porque "Junior ha hecho historia".
Cargado en los brazos de Mónica se pueden ver las cejas medianamente tupidas y la mirada firme del pequeño.
Sin embargo, Oswaldo Andrade, jefe del área de Neonatología de la maternidad Mariana de Jesús, en donde se llevó a cabo el parto, explicó que la condición que presenta este nuevo guayaquileño se denomina macrosomía, producida por factores genéticos y de alimentación en etapas del embarazo.
Pero el hecho de que se trate de un caso poco común no significa que Junior sea diferente a los demás recién nacidos. "Los médicos dijeron que todo está bien, que fue la voluntad de Dios que mi bebé naciera tan grande", dijo Mónica.
Durante cuatro días tanto ella como Junior estuvieron bajo observación médica, en primer lugar porque a ella le practicaron una cesárea, mientras que el menor registró distrés respiratorio como consecuencia de su tamaño; no hubo complicaciones posteriores
En todo caso, el diagnóstico de Andrade tiene sentido con los recuerdos de Jenny Carabalí, abuela paterna de Junior, quien detalló que el nacimiento de su hijo Deyton fue muy parecido, aunque en esa época, dijo, no hubo ni cámaras ni periodistas, sino solo tres comadronas que asombradas asistían un parto muy difícil.
"Todo el pueblo lo cargaba a mi hijo, porque se asombraban de su tamaño", recordó entre risas mientras señalaba que "la historia se volvió a repetir con mi nieto".
Mónica dijo que la altura "es de familia, mi abuelo era colombiano y todos somos grandes".
En todo caso, los padres de Junior aseguraron estar agradecidos con la vida, porque creen que su bebé no solo será grande de estatura, sino en inteligencia, sueños y valores.
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